martes, enero 18, 2005

La Adivinación y la Paradoja de las Abuelas

En mi anterior post mencioné a una jovencita, luminaria intelectual como pocas, que planeaba estudiar homeopatía al egresar del secundario. Ella se retiró antes de que pudiera argumentarle nada, pero como dije, la noche no fue en vano.

Dos compañeros se esta joven que habían presenciado nuestra brevísima pero intensa discusión se quedaron a charlar, y les referí en rasgos generales cómo era la batalla ciencia vs. pseudociencia. Y se puso interesante, porque mientras despellejaba a los adivinadores uno de estos chicos me dijo que su abuela adivina el futuro con el péndulo.

¿Metida de pata? No, y esto métanselo en la cabeza, la cordialidad no es excusa para consentir la ignorancia, los engaños, o las burradas potencialmente peligrosas. Lo cual no singifica que haya que ensañarse con la gente de la misma manera en que tanto disfrutamos hacerlo en el ciberespacio. De la manera mas diplomática posible le di a entender que su abuela era una ignorante o una embustera.

Claro que es una sentencia difícil de digerir para un nieto que ama a su abuelita, uno tiende a creer a las personas en las que confía y parece dificil aceptar que la ancianita que te hace galletas caseras y te leía libros de cuentos cuando niño sea tan groseramente ignorante, o peor, una embaucadora profesional desplumadora de ingenuotes.

Es lo que yo llamo la Paradoja de las Abuelas. ¿ abuela dice que la adivinación funciona? Pues mi abuela dice que no. ¿Cómo saber cuál tiene razón? Las canas son símbolo de experiencia, no son sinónimo de conocimientos certeros ni de infalible lucidez intelectual. La confianza personal que le tenemos a las personas no nos dice nada acerca de sus conocimientos o su rectitud moral. ¿Cómo saber si funciona la adivinación? Bueno, para eso están los científicos, los académicos (tengan la edad que tengan), los que se dedican a estudiar la realidad de diversas formas.

Que cómo estaba yo (o los científicos) tan seguro que eso del péndulo no funciona, me preguntó. Qué como se yo que la magia no existe.

Yo no dije que no pudiera funcionar, en teoría. En el pasado muchos fenómenos de la naturaleza atribuidos a voluntades mágicas sobrenaturales (dioses, demonios, genios, brujas, fantasmas, y el resto del repertorio imaginable) resultaron responder a leyes de la naturaleza que la humanidad no conocía. ¿Puede alguna técnica de adivinación funcionar en base a una o varias leyes desconocidas?

Pues las probabilidades son 99,99999999999999% a que no (la evidencia nunca es absoluta), principalmente porque ya está bastante claro que los cuervos que deambulan por el rubro de la adivinación no adivinan un carajo sino que apuntan a la vaguedad, al azar, o a las predicciones con mayores probabilidades estadísticas.

Ejemplo de predicción por vaguedad: "el año próximo estallará un conflicto armado en algún lugar del mundo" (No hace falta ser adivino, basta con leer cada tanto la seccion "exterior" del periódico y darse cuenta de que el mundo es un lugar jodido). Esto equivale a disparar una flecha a ciegas contra un blanco del tamaño de Canadá, lo asombroso sería que no le atinara.

Ejemplo de predicción estadística: si en Argentina es electo un presidente que no sea peronista y yo predigo que no llegará al final de su mandato, tengo muchas pero muchas probabilidades de acertar. Cualquiera que esté mas o menos al tanto de la historia reciente de mi país sabrá que el último presidente electo no peronista que llegó a cumplir su mandato completo fue Marcelo T. de Alvear (1922-1928).

¿Ahora bien, cuánta gente se acuerda de ese tipo de detallitos en su vida cotidiana? (Yo no por lo menos, el detalle de Alvear me lo dijo un amigo que sabe de historia argentina)

Pero en aras de la diplomacia no fui tan lapidario con los chicos en este punto. Pero propuse que mientras los astroloqueros no pudieran demostrar que sus técnicas funcionan, no las vendieran. Si hubiese videntes honestos que realmente pudieran predecir el futuro, deberían primero demostrarlo, para que gente deshonesta no se hiciera pasar por vidente. Para proteger al "consumidor", si se quiere, garantizándole que las predicciones serán acertadas, poniendolo a salvo de predicciones fraudulentas. Lisa y llanamente, aplicarles la misma lógica que se le aplica a cualquier producto comercial.

(Lo cual nos lleva a la cuestión de cómo saber qué conocimiento es válido, pero eso lo dejo para la futura entrada sobre "crónicas homeopatitas" que ya tengo a medio redactar.)

Y parece que eso terminó por convencer a estos chicos, pero solo despues de horas de charla.

Para quienes nos queramos dedicar a despanzurrar charlatanes nos queda pendiente la cuestión de cómo encarar a seres queridos que ingenuamente creen en los gurúes, y lo voy a cubrir en la próxima entrada sobre el tema.